Redacción de la Semana de las Ciencias por Mario Cebreiro e Natalia Brandariz

Fuimos al laboratorio e hicimos un experimento muy guay porque nuestro experimento fue ver como un solo color puede estar compuesto de muchísimos colores. Jorge y yo hicimos uno de 22 colores. También yo creía que podíamos hacer un dibujo pero no fue así. Fuimos a los ordenadores de informática, quedamos de segundos, casi ganamos, nos quedamos en el nivel 6.
Ganaron Pablo Castro y Desireé, nuestra contraseña fue tronchante, era pichichi. Los profesores se partieron de risa. Tuvimos que repetir un nivel y fallamos diez preguntas.

Mario Cebreiro Sánchez


En la Semana de las Ciencias hicimos un montón de cosas, un experimento, un juego en el ordenador muy chulo, que se llama “La Pirámide de los números“, es de unos niños que se aventuraron dentro de una pirámide y tenían que adivinar acertijos de matemáticas.
Otra cosa que hicimos fue un experimento en el laboratorio, para hacerlo, necesitamos un vaso, alcohol, una mina de rotulador y un papel vegetal, el papel se tiene que manchar de los colores que está hecho, es decir, de los colores primarios.
A mí y a mis compañeros nos salió mal porque a las profesoras se les olvidó cortar el plástico de la mina, no lo cortaron lo suficiente pero al menos, hice el experimento.

Natalia Brandariz Fernández

Fuimos al laboratorio e hicimos un experimento metiendo alcohol en un vaso, poniendo la mina dentro del vaso y encima, un papel. También bajamos a Informática e hicimos un juego de números que era un concurso y ganaron Pablo Castro y Desireé Cameselle, siempre ganan, y a ellos le van a dar un diploma. En el experimento, mi compañero era Rubén y nos salió muy bonito, de color marrón y naranja porque el rotulador era marrón, la mina del rotulador era de mi compañero, Rubén. En el concurso del ordenador había veinte fases y Pablo Castro y Desireé Cameselle, los ganadores, iban por la fase seis. Desireé se chuleaba de que iba por la seis; Malena y Lourdes, mi compañera y yo íbamos por la cuatro, nos turnábamos una vez cada una.

Eva Fernández Pristo